Mi vida no ha sido ni mucho
menos un jardín de rosas. Tuve que luchar desde muy joven para llegar a
conseguir lo que hoy, poco o mucho, he logrado.
Lentamente fui escalando de nivel social, y hoy día, puedo
decir que pertenezco a esa clase de personas acomodadas, sin problemas
económicos y con un gusto exquisito por la vida, no dejando a un lado casi
ninguno de los placeres que me ofrece.
Sin embargo, he recibido a lo largo de casi toda mi vida
demasiados palos. Palos de todo tipo.
Es por eso que, cansado de ello, he decidido despedir a mi
caddie y dejar el golf.