Tengo un amigo andaluz que es invidente.
Eso hace, que a veces, se agobie al menor inconveniente, y solo encuentra
consuelo tocando el saxo.
El otro día
discutimos fuertemente, pues teníamos diferentes puntos de vista sobre un tema.
Han pasado
tres días y todavía sigue tocándolo, pues no consigue calmar su “desaxosiego”.