Sin apenas darnos cuenta se nos ha presentado el otoño. Tras un verano interminablemente caluroso ya lo tenemos aquí. Antesala del invierno.
Aprovechando la tregua que nos regalan entre el verano y el invierno, obsequiándonos con este magnífico
tiempo, he salido a dar un paseo
en este estupendo día de primavera otoñal.
Viendo las hojas de los árboles entregándose a la tierra, y
adquiriendo esos hermosos colores inmortales, hasta se me ha despertado la vena
poética y me he lanzado a componer un pequeño verso.
Me
vuelvo loco al oír lo que dicen tus ojos
Me
estremezco con el suave tacto de tus labios
Por
medio de ti, veo lo que siempre necesito oír
Y así, oyendo
tu voz, vuelvo
a empezar a volverme loco.