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7 sept 2018

Menos que feliz


Me bastaron subir unos pocos escalones de aquel hospital para saber que de allí iba a salir un poco menos feliz de lo que entraba.

        Y los que allí se encontraban solo querían tener salud. El dinero, cualquier otra cosa material les sobraba en ese momento.

        La mirada se me iba a aquel anciano ya moribundo, a aquel joven impedido, a aquel niño entubado y sin pelo en su cabeza. Allí, la felicidad, no estaba reunida con nadie, ni siquiera con los que llegaban para un breve período de tiempo, porque el miedo era quien sobrevolaba los pasillos de aquel cementerio de vivos, aquel que atrapa a ricos y pobres, a ambiciosos y humildes, a todos sea cual sea su condición humana.


        De hecho no salí feliz. Lo hice aun menos que eso.

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