A MÍ NO me gusta la política.
Lo que pasa es que el otro día estaba viendo la televisión y escuché lo del
rapero Pablo Hasel y la publicación de sus tweets expresando sus ideas.
No voy a valorarlas, pues cada uno es libre de decir, hacer y
responder de sus actos. Lo que sucede es que al cabo del día se oyen tal
cantidad de barbaridades de unos y otros, de los de arriba, abajo y en medio,
que es difícil saber dónde está la justa manera de medir.
Se supone que son los jueces los que, con su fallo, dictan
sentencia sobre lo que es punible, y digno de ser castigado, o no lo es.
Esta
semana el gobernador del Banco de España, Luís María Linde, ha dicho que muchos
jubilados tenemos casa propia, y que de no ser así, nos ahorraríamos, por
ejemplo, el pago de la comunidad de vecinos para tener 100€ más en el bolsillo
para añadírselo a la pensión. También soltó la joya de que hemos ahorrado poco
en fondos de pensiones.
Hay muchas formas de decir barbaridades, ya sea, cantando o
hablando en algún foro. Una subida del 0,25% a las pensiones frente a los casi
13.000€ mensuales que, parece ser, cobra el señor Linde, es cuando menos haber
perdido una oportunidad de haberse callado.
Conozco mucha gente que invirtió en preferentes y hasta en
fondos de pensiones. Muchos de ellos se quedaron sin sus ahorros o los
perdieron casi todos.
Que el juez dicte sentencia, ya sea al ritmo del rapero Hasel
o del disc jockey jeta.