Aquel día me encontraba
bastante aburrido, motivo por el cual decidí irme a dar una vuelta. Por el
camino recordé ir a echar un ojo a una obra que se estaba realizando a poca
distancia de mi casa.
¿Quién me mandaría a mí echar nada a ningún sitio? Ahora soy
un cíclope y no será que no me he pegado con los obreros para que me
devolvieran mi ojo, pero me han dicho que ha caído en el cemento y ya es
irrecuperable. Como yo.