Yo no entiendo como en un
programa llamado Gran Hermano (que nadie ve y a la vez es líder en audiencia), pueden
meterse unos cuantos hombres y mujeres, y en menos de cuarenta y ocho horas estar
liados entre ellos. Allí corre el sexo que es una locura, y más que una casa de
hermanos –que parece ser que fue
construida en 1984–, parece una casa de putas.
Los guionistas de este programa lo tienen complicado, pues no
sé qué es lo que nos van a ofrecer cuando llegue Gran Hermano 69.