Número de visitas al BLOG

13 jun 2022

Bon Nadal

 


Estoy realizando unas obras en el bar, ya que hace unas semanas tuve un percance con un cliente y me destrozó una parte del mismo. Un cliente conocido: el tenista Rafael Nadal. La gente dice, sobre todo a primeros de año, que es un buen tío. ¡Bon Nadal! le repiten por aquí y por allá—.

         Yo no digo que no lo sea, pero es tal la ambición, la obsesión de este chico por ganar títulos, que creo que debería descansar, reflexionar un poco y sobre todo calmarse. Entiendo que tantos torneos y viajes, tanto cambio de hotel, atendiendo a la prensa y sin apenas intimidad, pueda llegar a molestar y acabar descentrando a cualquiera.

          El tal Nadal entró en mi bar. Iba acompañado de su novia de siempre (ahora ya, su mujer), y pidió unas cervezas. Poco a poco la euforia fue apoderándose de él. Entre éso y que la gente no le dejaba tranquilo por querer autógrafos y fotos con él, se debió de enfadar. De pronto le cambió el rostro, elevó su ceja izquierda y sacó una cinta que tenía en el bolsillo derecho del pantalón (a la vez que se colocó de un tirón el calzoncillo). Se recogió el pelo y se la colocó en la cabeza mientras se dirigía al aseo…

       Antes de que pudiera reaccionar, ¡me rompió el servicio!    tal y como acostumbra hacer con todos sus rivales en la pista de tenis—.


SI te ha gustado, COMPÁRTELO