A los pocos días de haber
cumplido un año más de los que tenía (normalmente
es así en los seres humanos, aunque es verdad
que, a partir de cierta edad, un año parezca cada año un poco más), me
he dado cuenta de que no sé nada de casi todo, y algo de casi nada.
Lo cual no es malo teniendo en cuenta que sigo teniendo ganas
de aprender, y aunque muchas veces olvido lo que aprendí, y otras no recuerdo
si realmente las llegué a aprender, me alegro de poder seguir teniendo la capacidad de
hacerlo.
Eso, y, qué coño, que he cumplido un año más y que me da
opciones de seguir asombrándome por cada cosa nueva que se presenta ante mí,
aunque reconozca que sólo sé que algo sé.