El equipo de operaciones
especiales al frente del capitán Martínez, llegó al lugar donde habían recibido
el chivatazo.
Tenían fama de ser infalibles como cuerpo
de élite en sus rápidas y eficaces intervenciones.
La acción se desarrolló en secreto y en
tiempo récord. Rodearon la vivienda, entraron sigilosamente. ¡Despejado!
–dijo el primer agente; ¡Despejado! –añadió el segundo, tras
inspeccionar otra de las habitaciones. ¡Despejado! –gritó un tercero. Sin embargo, allí no
se encontraba el hombre que iban buscando.
Siguieron la búsqueda saliendo al patio. Estaba diluviando. El capitán Martínez, hizo un gesto de disconformidad
mirando a sus hombres.
La operación se fue al traste, y es que alguna vez tenía que fallarle el
pronóstico del tiempo.